martes, 29 de septiembre de 2009

Día uno del resto de mi vida

Hace un año estaba con un peso magnífico y adorable: 48 kilos.

No hacía dieta. Me cuidaba, cinco comidas al día, intentando comer de todo aunque no me costaba privarme de cosas y machacandome en el gimnasio cuatro días a la semana en el gimansio. Me sentía segura, mi autoestima era alta porque había conseguido llegar a ese peso después de mucho esfuerzo y sacrificio.

Y me confié.

Si iba de restaurante, me daba el capricho, porque como iba a perder mi esbelta figura. ¡Un día es un día! Pero un día detrás del otro...

Un año más tarde me encuentro con 10 kilos más, y con una inagotable gula y los mismos malos hábitos de años anteriores. ¿Donde me deje la fuerza de voluntad?

Ya me he cansado de esta situación, de conformarme y lamentarme. De comer cosas que sé que a veces ni me apetecen, por simple gula. No me gusta la actitud que tengo, así que tengo que cambiar. Y me voy a ayudar obligandome a escribir mis reportes aquí. Sin mentiras ni maquillajes.

Empezamos operación Ataque al michelín.

Plan de acción:

- Cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, sin saltarse ni una.
- Gimnasio cuatro veces por semana: dos días mantenimiento y dos días musculación. Los cuatro días 30 min de aerobico.

Y empiezo con el reporte de ayer.

29 Septiembre 2009


  • Desayuno: Café solo, tostada con mantequilla y pavo
  • Almuerzo: Pera limonera
  • Comida: Guisantes estofados con carne picada
  • Merienda: Manzana
  • Cena: Sopa de fideos


- Gimnasio: 30 min aerobico, 0 min pesas (mal!)

Buf, deseadme suerte!

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