No hacía dieta. Me cuidaba, cinco comidas al día, intentando comer de todo aunque no me costaba privarme de cosas y machacandome en el gimnasio cuatro días a la semana en el gimansio. Me sentía segura, mi autoestima era alta porque había conseguido llegar a ese peso después de mucho esfuerzo y sacrificio.
Y me confié.
Si iba de restaurante, me daba el capricho, porque como iba a perder mi esbelta figura. ¡Un día es un día! Pero un día detrás del otro...
Un año más tarde me encuentro con 10 kilos más, y con una inagotable gula y los mismos malos hábitos de años anteriores. ¿Donde me deje la fuerza de voluntad?
Ya me he cansado de esta situación, de conformarme y lamentarme. De comer cosas que sé que a veces ni me apetecen, por simple gula. No me gusta la actitud que tengo, así que tengo que cambiar. Y me voy a ayudar obligandome a escribir mis reportes aquí. Sin mentiras ni maquillajes.
Empezamos operación Ataque al michelín.
Plan de acción:
- Cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, sin saltarse ni una.
- Gimnasio cuatro veces por semana: dos días mantenimiento y dos días musculación. Los cuatro días 30 min de aerobico.
Y empiezo con el reporte de ayer.
29 Septiembre 2009
- Desayuno: Café solo, tostada con mantequilla y pavo
- Almuerzo: Pera limonera
- Comida: Guisantes estofados con carne picada
- Merienda: Manzana
- Cena: Sopa de fideos
- Gimnasio: 30 min aerobico, 0 min pesas (mal!)
Buf, deseadme suerte!
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